
 La Luna, ese satélite tan cercano a nosotros y culpable de las mareas en  la tierra y muchos también creen que pueden influir notablemente en el  ánimo de las personas. La verdad es que una noche con una Luna llena y  despejada de nubes puede resultar muy atrayente. Si eres fotógrafo  seguro que habrás intentado muchas veces intentar sacar fotografías que  representen todo su esplendor, vamos a intentar delimitar una serie de pautas para conseguir una buena instantánea.
Lo que nos interesará será sacar una instantánea con la Luna como protagonista, intentando reflejar todos los detalles de su castigada superficie.  Lo ideal en estos casos es disponer de un objetivo de 300 mm pero  seamos realistas, estos objetivos suelen ser muy caros, pero podemos  utilizar un 200 o un 150 mm con un convertidor 1.4 para conseguir un  resultado similar. Otra opción es utilizar el objetivo mas largo que  tengamos y disparar con él a la máxima calidad y tamaño que nos permita la cámara, de esta manera podremos recortar la imagen después. 
El segundo paso en este proceso preparatorio ante la película es definir el valor ISO  al que vamos a disparar, lo más recomendable es sacar fotos con un  valor de 100, aunque si fuera posible bajar a 50 también nos resultaría  de inestimable ayuda. Recuerda que la Luna es el espejo del sol, por lo  que la cantidad de luz que emite es considerable, con valores como estos  conseguiremos minimizar su efecto y podremos captar todos los detalles de su superficie. 

De esta misma manera, será aconsejable una apertura mínima del obturador para poder captar bien los detalles de la superficie lunar. Con una apertura pequeña conseguiremos que entre menos luz al sensor y por lo tanto mantendremos una mayor parte (sino toda) de la fotografía bien enfocada, permitiéndonos resaltar los océanos lunares y su superficie abrupta. En condiciones como estas, es mas que probable que el autofocus de tu cámara te dificulte la tarea más que ayudarte.
Para ello lo más cómodo es que pongas el modo “live view” de tu cámara  y consigas enfocar la luna a mano. Con todos estos consejos, ni que  decir cabe que lo más aconsejable es que tomes la foto con la ayuda de  un trípode. La luna no siempre está igual de cerca ni igual de luminosa,  por lo que es más que probable que debamos ir probando tiempos de  exposición hasta conseguir el resultado deseado. Para ello nos vendrá  muy bien disponer de control remoto, ya que así nos evitaremos molestas  vibraciones a la hora de disparar el obturador.
Esto es con lo que respecta a las consideraciones que deberíamos  tener sobre el terreno, una vez hecha la foto y nos encontremos en  nuestra casa, siempre podremos hacer un poco de proceso sobre la foto. Si utilizamos Photoshop,  en el menú ajustes (dentro de la pestaña imagen) ajustaremos las curvas  de color a un nivel medio (el preset definido por Adobe resulta muy  útil). Según como veamos la foto también podremos aplicarle el filtro  máscara de desenfoque, jugando con los valores para conseguir un  resultado más suave (añadiéndole cierto halo de misterio a la foto).
Ahora solo queda que practiques por ti mismo y vayas mejorando tus resultados.
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